
Más de 8.000 hectáreas se asientan sobre unas tierras muy llanas, a una altura de 700 metros. Estos suelos se caracterizan por su escasa fertilidad y pluviometría lo que origina un rendimiento muy bajo pero de excelente calidad.
La cepa blanca Verdejo es característica de la zona, y la responsable de la gran personalidad de estos vinos. De igual forma se cultiva la Viura, procedente de la Rioja, la Palomino y en pequeña escala la Sauvignon.
La denominación de origen Rueda produce unos vinos blancos de fuerte personalidad, color muy pálido, gran intensidad aromática, paladar fresco y equilibrado. También se elaboran vinos generosos, de crianza biológica con velo en flor en madera de roble y de crianza oxidativa, también en envases de madera de roble.
En resumen, la denominación de origen Rueda se caracteriza por unos vinos que constituyen una auténtica singularidad enológica.
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